El periodista Dardo Gómez rechaza las críticas a una norma que «no obedece a los delirios de un gobernante lunático, ni a los desvaríos de un comunismo sovietizante»
El periodista Dardo Gómez Ruiz-Díaz, exsecretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), afirma que el objetivo del Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación es «regular un mercado de la comunicación en el que, desde hace decenios, vamos a ‘abuso por minuto’ en perjuicio de quienes consumimos información».
Dardo Gómez ha publicado un extenso análisis de esta ley europea en un número monográfico de El Mono Azul, suplemento cultural del digital Mundo Obrero «Este Reglamento del Parlamento Europeo, denostado por las derechas, no obedece a los delirios de un gobernante lunático, ni a los desvaríos de un comunismo sovietizante, ni es propiedad de manifestación ideológica alguna, solo que, por suerte, es de obligado cumplimiento. Pero… habrá que estar al quite para que en su ejecución no se nos olvide que es de la ciudadanía», indica.
Como es una norma de obligado cumplimiento en todos los países miembros de la Unión Europea, Dardo Gómez considera «incomprensibles» los discursos de varios partidos políticos, algunas asociaciones profesionales y alguna declaración de Pedro Sánchez, porque de ellas se podría deducir erróneamente que el Reglamento es «algo extraño que nos ha caído por sorpresa o por una decisión antojadiza de algún desconocido».
Quienes lo critican y lo relacionan con el Plan de Acción por la Democracia que ha presentado el Gobierno, continúa Dardo Gómez, no lo hacen debido solo «a falta de información o a la desidia de algunos diputados y políticos respecto de sus obligaciones con la ciudadanía». «Todos ellos saben de lo que se trata, pero les interesa mucho vulgarizar este Reglamento Europeo para que la ciudadanía no tome conciencia de la importancia que tiene para ella estar protegida de los traficantes de información».
«La idea que inquieta y quita el sueño a sus detractores es la de que se implante, como promete la nueva norma, una autoridad independiente de los servicios de comunicación, y que garantice mediante la vigilancia de las actividades comunicacionales que ‘los servicios de medios de comunicación’ sean ‘vehículos de la expresión cultural’ y que las Administraciones del Estado, autónomicas y locales respeten ‘el derecho a la pluralidad de contenidos de los medios de comunicación y contribuyan a un entorno mediático propicio, velando porque se den las condiciones marco pertinentes’. Este enfoque refleja el derecho a recibir o comunicar informaciones y la obligación de respetar la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación».
En su análisis, el exsecretario general de la FeSP repasa los problemas que esta norma europea pretende resolver: garantizar el pluralismo, independencia editorial, reparto no discriminatorio y con equidad de la publicidad institucional, manipulación de las cifras de difusión, transparencia en la propiedad, freno a los monopolios mediáticos, influencia de los políticos en la designación de los consejos de administración de los medios o en su propiedad…
El Reglamento «pone un especial acento en la necesidad de que existan autoridades u organismos reguladores nacionales independientes, que controlen de manera eficaz la aplicación de las normas y su cumplimiento por los medios de comunicación de todos los países miembros». «Las funciones de todos estos organismos habrán de ser esenciales para que, por fin, exista una regulación real y protectora del derecho a la información y la comunicación de la ciudadanía».
«Si bien es cierto que estas ‘fake news’ circulan preferentemente por las redes sociales, también lo hacen a través de los denominados ‘pseudomedios’, que no tienen otra función que esa y que sobreviven gracias a los aportes de empresarios, que niegan hacerlo, o de las subvenciones y/o publicidad de administraciones públicas que las justifican con falsos datos de difusión que algunos medios digitales manipulan con mucha facilidad».
Dardo Gómez añade que algunos partidos políticos, organizaciones empresariales y profesionales del periodismo, que critican y minimizan el Reglamento, «concentran sus ataques en difundir la falacia de que las regulaciones a implantar pretenden la censura en la información cuando, en realidad, lo que se quiere es liberarla de quienes han ejercido la censura durante decenios mediante una falsa interpretación de la ‘libertad de prensa’. Siempre maltratada por ellos mismos, que son quienes la equiparan a la libertad de empresa y que, en la práctica, defienden que la información es una mercancía más que puede venderse al mejor postor».
Se muestra en desacuerdo con que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), tal como ha anunciado Pedro Sánchez, vaya a ser la autoridad reguladora encargada del registro de los medios de comunicación y de vigilar que cumplen este Reglamento. «Lo que pretende el presidente español es una chapuza para que la CNMC usurpe, una vez más, las funciones de una autoridad reguladora independiente de la comunicación y sería, en caso de ser permitido por Europa, un nuevo ejercicio de gatopardismo para mentir sobre un cambio que no se producirá con esas condiciones», afirma Dardo Gómez.
Lea el artículo íntegro aquí: https://mundoobrero.es/2024/09/27/como-nos-llego-el-reglamento-europeo-de-libertad-de-medios/