La FeSP denuncia retrocesos en la libertad de información y reclama a todos los gobiernos que defiendan ese derecho y unas condiciones laborales y profesionales dignas.
El 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, y el 3 de Mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, son las dos caras de una misma moneda, que este año se conmemoran a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas en las que la ciudadanía decidirá quiénes deben estar al frente de los gobiernos autonómicos y de los ayuntamientos durante los próximos cuatro años. La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) les insta a comprometerse en mejorar las condiciones laborales y profesionales de quienes se dedican a la información,, dentro de sus competencias, y el derecho constitucional y humano a la información que tiene la ciudadanía.
Además de ese compromiso, necesario para mejorar la democracia, hay que exigirles que las personas que trabajen en medios de comunicación públicos dependientes de los ayuntamientos tengan unas condiciones laborales dignas y puedan desarrollar su trabajo con profesionalidad, independencia, seguridad y sin presiones políticas. También deben velar para que los medios privados comerciales garanticen los derechos laborales y profesionales de sus plantillas, adoptando las medidas que puedan contra aquellos que no lo hagan. La FeSP recuerda, una vez más, que el Gobierno de España, los autonómicos y los municipales deben dar el mismo trato a los medios comunitarios del Tercer Sector sin ánimo de lucro, para que puedan desarrollar su trabajo con eficacia.
En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, con unas elecciones generales a la vista en otoño, la FeSP reclama a todos los partidos políticos que incluyan en sus programas electorales propuestas para garantizar al máximo el derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz, plural y de calidad, que en los medios públicos también debe ser neutral. Entre esas medidas deben estar las necesarias para acabar con la desprotección secular que sufren los y las periodistas a la pieza y freelances, un colectivo totalmente precarizado, fuertemente feminizado y sin ninguna regulación legal que garantice sus derechos.
Las autoridades laborales estatales y autonómicas no pueden continuar ignorando esta realidad ignominiosa y sin aportar las soluciones que, desde hace décadas, se aplican en otros países de la Unión Europea. La FeSP y otras organizaciones venimos reclamando desde hace años una Ley de Derechos Laborales del Periodismo, en la que se establezcan, entre otras, medidas de apoyo para ese colectivo, sin que ningún Gobierno ni grupo parlamentario haya hecho nada hasta ahora. La Administración pública también debe hacer que se cumpla la obligación legal de implementar planes de igualdad en las empresas con más de 50 personas en la plantilla.
La otra cara de estas conmemoraciones, el 3 de mayo, llega este año con un evidente retroceso en la libertad de información. Mantener vigente la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza -incumpliendo el compromiso que adquirieron los partidos políticos de la izquierda cuando gobernaba el PP y fue aprobada solo con sus votos- es una prueba más de ese retroceso.
España se encuentra a la cola de Europa y de gran parte del «mundo civilizado» en el derecho a la información, y aún no ha desarrollado el mandato del artículo 20 de la Constitución de regular la protección del secreto profesional del periodismo. Esta asignatura pendiente desde hace más de 44 años estaba a punto ser resuelta, con el apoyo de la práctica totalidad de los grupos del Congreso, pero el cambio de opinión del Grupo Popular por una cuestión de formas y la nula iniciativa de otros grupos probablemente impedirán que ese proyecto de ley salga adelante en esta legislatura.
La desinformación y el ataque a los y las profesionales del periodismo es el pan de cada día, como se comprueba en la guerra en Ucrania. La FeSP, como las Federaciones Europea e Internacional de Periodistas (FEP y FIP) -de las que forma parte-, denuncia el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, encarcelado en el Reino Unido por difundir informaciones de interés para la ciudadanía. O la situación del periodista español Pablo González, detenido hace más de un año en Polonia cuando informaba de esa guerra y en prisión desde entonces sin que se respeten sus derechos; y otras situaciones que son claros ejemplos del recorte en la libertad de informar, como el acoso en línea a los y las periodistas y, en consecuencia, un peligro para la democracia.
En la guerra de Ucrania, además de la pérdida de miles de vidas por no resolver el conflicto por la vía política, la verdad también está siendo una víctima, como en todas las guerras. Los y las periodistas se enfrentan a muchas dificultades para poder desarrollar su trabajo profesional sobre el terreno. Hay que denunciar, una vez más, la irresponsabilidad de medios de comunicación que han utilizado a profesionales sin la preparación necesaria para cubrir un conflicto bélico, sin equipos de seguridad o poco adecuados, sin contrato laboral en muchos casos y con unas retribuciones vergonzosas. La FeSP exige que se aplique el Estatuto del Corresponsal de Guerra aprobado en la I Convención de Periodistas del Mediterráneo, celebrada en Almería el 2005, con las actualizaciones que se consideren necesarias.
La Federación de Sindicatos de Periodistas y los sindicatos que la integran animan a la profesión y a la ciudadanía en general a participar en los actos convocados para conmemorar este Día Internacional de Trabajo y Día Mundial de la Libertad de Prensa.
¡Defendamos el periodismo, por una ciudadanía libre!