Las Federaciones Internacional y Europea de Periodistas, la FeSP y otras organizaciones piden su inmediata libertad y un juicio con garantías.
Hoy se cumple un año desde que el periodista Pablo González fue detenido en Polonia mientras realizaba su trabajo, acusado sin pruebas de ser un espía de los servicios de inteligencia de Rusia. Las Federaciones Internacional y Europea de Periodistas (FIP y FEP), la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), la FAPE y las agrupaciones de periodistas de CCOO y UGT han vuelto a pedir su inmediata puesta en libertad y que tenga un juicio con todas las garantías.
El periodista fue detenido en la madrugada del 28 de febrero de 2022 en la frontera polaca con Ucrania, desde donde informaba sobre la crisis humanitaria que se vivía por la llegada masiva de ciudadanos ucranianos que huían tras la invasión de su país por Rusia. Tiene doble nacionalidad y por eso llevaba dos pasaportes: uno que le identifica como Pavel Rubtsov, el apellido de su padre ruso, y otro a nombre de Pablo González Yagüe, los apellidos de su madre española. Aunque ese asunto se aclaró pronto, el tribunal ha prorrogado cuatro veces la prisión provisional, la última el pasado 15 de febrero.
En una declaración conjunta, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la Federación Europea de Periodistas (FEP) han manifestado: «Es inaceptable que un Estado miembro de la Unión Europea detenga a un periodista de una forma tan arbitraria. Es un ataque a la libertad de prensa y a la democracia». La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), que forma parte de esas dos organizaciones, se ha sumado de nuevo a esa petición y reitera su llamamiento al Gobierno español para que lleve a cabo todas las gestiones necesarias ante la Unión Europea y Polonia para que Pablo González sea puesto en libertad.
Al cumplirse un año de prisión preventiva sin que esté previsto celebrar el juicio, el secretario general de la FeSP, Agustín Yanel, ha declarado: «Es inaudito y totalmente rechazable que un Estado miembro de la UE que dice ser democrático mantenga en prisión a Pablo González desde hace un año, sin juzgarlo y sin respetar los más elementales derechos que debe tener cualquier persona detenida. Las autoridades de Polonia deben poner a González en libertad provisional con urgencia y garantizar que tendrá un juicio justo con todas las garantías».
Pablo González colaboraba habitualmente con el digital Público.es y otros medios. Tras su detención fue clasificado como preso peligroso y, aunque ya no está en esa clasificación, permanece 23 horas al día aislado en su celda, sale una hora esposado y está vigilado permanentemente. Su esposa y madre de sus tres hijos le pudo visitar por primera vez nueve meses después de la detención y las cartas que él le escribe tardan tres meses en llegar a España.
En los últimos años han sido numerosas las personas detenidas y encarceladas o expulsadas de Polonia, bajo la acusación de espiar para los servicios de inteligencia de Rusia, entre ellas varios periodistas. Esas prácticas se han incrementado desde que en ese país gobierna la ultraderecha, según ha informado el diario Público.es.