Comunicado conjunto, al cumplir cinco años en prisión el fundador de WikiLeaks, de FIP/FEJ y Libre.Assange-Bélgica.
En un comunicado de prensa conjunto las Federaciones Internacional y Europea de Periodistas (FIP/FEJ) y el Comité Libre Assange-Bélgica, manifiestan
Julian Assange, editor y periodista australiano, ha recibido numerosos premios de periodismo desde que fundó la plataforma WikiLeaks en 2006.
Esta plataforma, que permite a los denunciantes presentar documentos garantizando su anonimato, ha permitido, desde su creación, revelar corrupción, contaminación, malversaciones y delitos que gobiernos o líderes empresariales querían mantener en secreto.
Después de 2010, WikiLeaks se convirtió en el centro de atención al publicar varios cientos de miles de documentos presentados por un soldado del ejército de los Estados Unidos y revelar numerosos crímenes de guerra cometidos por este ejército y las fuerzas de la coalición de los Estados Unidos en Irak y Afganistán.
Estas revelaciones, así como las relativas al trato dado a los detenidos en Guantánamo (2011) y la publicación de cables diplomáticos estadounidenses (2010), enfurecieron a los líderes estadounidenses que desde entonces han perseguido implacablemente a Julian Assange.
Para la Federación Internacional de Periodistas, las acusaciones de Estados Unidos contra Julian Assange apuntan al trabajo de un periodista que reveló hechos probados de interés público. Los actos de los que se le acusa entran dentro del trabajo de los periodistas, sus derechos y deberes tal como se describe en la Carta Global de Ética para Periodistas de la FIP. Este trabajo está protegido en las Constituciones de muchos países del mundo, incluida la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
Para los dirigentes estadounidenses, en cambio, Julian Assange no habría realizado labor periodística, pero habría sido culpable de espionaje y podría, por tanto, ser condenado a 175 años de prisión, o incluso a la pena de muerte.
La administración Obama consideró que arrestar a Assange era demasiado arriesgado, porque habría significado también procesar a periódicos como The New York Times, que habían publicado la misma información. La administración Trump no dudó en solicitar su extradición y acusarlo. La de Biden continúa por este camino, a pesar de las buenas palabras sobre la libertad de prensa.
Desde el arresto de Julian Assange en Londres el 11 de abril de 2019, y desde su encarcelamiento en completo aislamiento en la prisión de Belmarsh, cerca de Londres, Estados Unidos ha pedido su extradición. Desde hace cinco años, el examen de esta solicitud, de audiencia en audiencia, se prolonga en un simulacro de justicia.
El 26 de marzo, el Tribunal Superior de Londres dio a Estados Unidos tres semanas para brindar garantías sobre el procedimiento legal al que sería sometido Julian Assange en caso de ser extraditado.
Para todos los observadores atentos, se trata del asesinato lento de un periodista que sólo hacía su trabajo. En las duras condiciones de encarcelamiento en Belmarsh y después de más de 13 años de privación de libertad, la salud física y mental de Julian Assange está muy degradada y se teme con razón por su vida.
Como muchos otros partidarios de Julian Assange, queremos, este 11 de abril de 2024, subrayar una vez más que el arresto de Julian Assange, la solicitud de extradición y los cargos en su contra son una amenaza real no sólo contra la libertad de prensa, sino también contra la democracia de la que constituye uno de sus pilares.