Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Superior Electoral, es un incansable paladín de la regulación de las redes sociales.
Elon Musk, el todopoderoso fundador de la empresa de coches eléctricos Tesla y de SpaceX, y también dueño de la red social X (antiguo Twitter), está en el centro de una polémica internacional tras pedir las dimisiones o el juicio político del magistrado Alexandre de Moraes. Este miembro del Supremo Tribunal Federal (STF) y, desde agosto de 2022, presidente del Tribunal Superior Electoral, Moraes ha sido acusado de censurar las redes sociales por el billonario sudafricano, que incluso amenaza con cerrar las oficinas de X en Brasil.
Elon Musk se define como un “absolutista de la libertad de expresión”, pero desde que compró Twitter, en 2022, ha sido duramente criticado por la forma en que gestiona esta red social. Distintas ONG y organizaciones sociales cuestionan hasta qué punto la información sin control, los posts con mensajes de odio y las teorías de conspiración garantizan la libre opinión.
En el extremo opuesto se sitúa Alexandre de Moraes, un incansable paladín de la regulación de las redes sociales. “No podemos caer en este discurso fácil de que regular las redes sociales va en contra de la libertad de expresión. Este es un discurso falso que pretende propagar y seguir propagando un discurso de odio. Lo que no se puede hacer en el mundo real, no se puede hacer en el mundo virtual”, ha declarado en varias ocasiones.
Llamado ‘Robocop’ y ‘Xandão’ por los medios de comunicación, Moraes es considerado un magistrado técnico y, al mismo tiempo, muy combativo. Ordenó en los últimos años la suspensión de perfiles acusados de difundir desinformación sobre el proceso electoral brasileño y no le tembló el pulso a la hora de incluir al empresario sudafricano en la investigación sobre las milicias digitales, que intenta determinar si la difusión de noticias falsas en redes sociales responde a un proyecto delictivo de influir en los procesos electorales.