La sección sindical del SPC en TV3 se pregunta hasta dónde no se trata de una operación de maquillaje que no cambiará nada.
Ante el proceso participativo anunciado por 3Cat la sección sindical del Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC/FeSP) en TV3 se pregunta: ¿Un proceso participativo en 3Cat para avanzar o para seguir en la rueda del hamster?
En un artículo estos trabajadores de la televisión autonómica catalana señalan:
Después de 40 años de trayectoria de TV3, la nueva dirección de 3Cat impulsa un proceso participativo para definir valores, cambiar formas de los programas y géneros informativos. Lo hace con una puesta en escena grandilocuente y con muchas prisas. Apenas habrá tres sesiones de trabajo y un calendario de infarto. La explicación dada a laRedacción es que «no podemos perder el tiempo».
Procesos de renovación ya hemos visto varios en las últimas décadas. Cada nueva dirección que ha entrado ha querido cambiar las caretas de los TN, hacer un plató nuevo e introducir novedades en la forma de explicar la información. La mayor parte de estos esfuerzos fueron diluyéndose por las inercias estructurales y la falta de liderazgo periodístico de la dirección.
Hacer un proceso participativo para llevar a cabo la enésima renovación es una novedad, pero puede quedarse en pura comedia o convertirse en una trampa. Estamos en un cruce tecnológico de larga duración que parte del mundo analógico y nos lleva hacia el digital a marchas forzadas. El peligro de siempre vuelve a asomarse: convertirnos en periodistas orquesta como el pobre compañero de la BBC que llevaron por darnos ejemplo.
El proceso participativo no debe convertirse en la legitimación de los sueños húmedos de la dirección para hacernos bailar el reggaetón digital. La tentación del poder será utilizar este instrumento de participación para justificar más tarde cambios organizativos que todos vemos venir.
Por el contrario, una vez más debemos reivindicar que los cambios deben ir aguas arriba del proceso productivo de la información. Es necesaria más especialización y, sobre todo, hace falta más tiempo para investigar y preparar las piezas informativas. La actual estructura se asemeja más a la rueda del hamster que a una Redacción de lo que debería ser un medio de comunicación público.
Y llegamos a la otra eterna cuestión, la del servilismo hacia el poder y el tufo oficialista de los informativos. No lo logramos. Ni con los cambios legales ni con los cambios de cara de los responsables. El desfile continuo de consellers en los TeleNotícies se complementa ahora con el marcaje de la agenda informativa. Hace caer la cara de vergüenza ver cómo se preparan operativos y reportajes especiales en función de las preocupaciones del gobierno.
La nueva cuestión al respecto es la otra amenaza sobre el periodismo en esta empresa: el abismo digital. Ya nos tenían acostumbrados los directivos a fijarse en las audiencias de televisión de forma compulsiva. Ahora tienen el feedback inmediato del mundo digital y estamos cayendo en la locura de realizar contenidos en función de la audiencia que pueden captar.
Vemos con escepticismo la puesta en marcha del proceso participativo de informativos, pero no nos oponemos a ello. Pero quien quiera participar que lo haga de forma crítica. No podemos renunciar a realizar un servicio público de calidad y esto pasa por una Redacción viva que ponga en cuestión las continuas injerencias del poder.