El Congreso del Syndicat National des Journalistes, ante el blanqueo de ciertos medios, reclama una movilización urgente de las fuerzas democráticas, de los sindicatos y de las asociaciones de defensa de las libertades.
El Syndicat National des Journalistes (SNJ-CGT) ha celebrado su Congreso estos 14, 15 y 16 de junio, en Lille, bajo el lema: “Frente a un periodismo con limitaciones, un sindicalismo de combate”.
Durante esos tres días, los 70 delegados del segundo sindicato de informadores de Francia debatieron sobre las múltiples limitaciones que dificultan el ejercicio de la profesión de periodista (estatal, económica, patronal, discriminatoria, capitalista, editorial …), las formas de oposición y la organización del periodista.
Los delegados también votaron siete mociones sobre temas específicos, y destacamos por su importancia de actualidad la que se refiere al tratamiento que los informadores deben dar a las acciones de las organizaciones de la ultra derecha.
El pronunciamiento del congreso expone: El rápido ascenso de las ideologías de derecha extrema en Francia, merced a ciertos medios de comunicación, necesita una movilización urgente de las fuerzas democráticas, de los sindicatos y de las asociaciones de defensa de las libertades.
Además, consideran que no es tolerable que se banalicen las ideas de la extrema derecha, y que se de cabida a los portevoces de esa tendencia y a sus mensajes de odio y sus teorias de conspiración con el único afan de ganar audiencias.
Y denuncian los mensajes que llaman a la persecución y muerte de los militantes de izquierda, los comunistas y los insumisos en general.
Por este motivo, las periodistas constituyen una de sus dianas: “Si matar 20.000 periodistas salvan 70 millones de franceses, no hay que vacilar”, han dicho estos alborotadores del odio.
Frente a Marine Le Pen, el gobierno de Emmanuel Macron, sobre todo, su ministro de Interior Gérald Darmanin, están jugando con fuego al retomar las tesis sobre el islamo-izquierdismo o sobre el séparatisme, y también recomendando las leyes liberticides como la de la Seguridad global.
