Entrevista a Antonella Marty, autora de “La nueva derecha. Qué es, qué defiende y por qué representa una amenaza para nuestras democracias”.
“Quieren retomar uno de los vínculos más tóxicos de la historia, y lo hacen parte de su identidad política, a partir de la fuerza que tienen distintas facciones, distintas religiones dentro de la nueva derecha”, señalala politóloga y analista internacional Antonella Marty en una entrevista del diario argentino “pagina12,com.ar” a raiz del lanzamiento de su libro “La nueva derecha. Qué es, qué defiende y por qué representa una amenaza para nuestras democracias”.
Para Marty estamos ante “un debate histórico donde se enfrenta lo místico a lo racional. Hoy estamos entre caer ante el Mesías, que dice ser un enviado de Dios que va a terminar con los parásitos woke que están destruyendo la pureza nacional, o si vamos a elegir ir por otro lado”. En su nuevo libro estudia el avance neorreaccionario en todo el mundo para encontrar formas de funcionamiento y lógicas comunes en los distintos puntos del planeta, y la “importancia de separar la religión del poder”. “Quieren retomar uno de los vínculos más tóxicos de la historia, y lo hacen parte de su identidad política, a partir de la fuerza que tienen distintas facciones, distintas religiones dentro de la nueva derecha”.
Marty, que dedica el libro a su abuelo detenido-desaparecido durante la última dictadura cívico-militar genocida de Argentina, se reivindica liberal señalando que se trata de “un liberalismo progresista, que históricamente nace enfrentándose a los movimientos conservadores y empujando a una separación entre la religión y el poder. Las nuevas derechas, o los personajes como Milei y sus influencers, presentan un supuesto liberalismo naciendo contra el comunismo, el socialismo, el marxismo, cuando eso es mentira”.
Asimismo resalta que esa asociación entre política y religión que hace la ultraderecha le sirve para atacar todo lo diferente, como el feminismo, lo woke o conciencia de las desigualdades y las injusticias políticas y sociales, la comunidad LGTBQ+. Así terminan añorando un supuesto pasado idílico en el que todo funcionaba bien hasta que la sociedad perdió el rumbo. “Empiezan a normalizar los discursos de odio, y creo que ahí está uno de los principales peligros: cuando se normaliza el odio es muy fácil pasar del discurso de odio al crimen de odio”, advierte.










