El Ministerio de Trabajo no descarta aprobar ésta iniciativa a la vuelta del verano apoyándose en los sindicatos y descartando el acuerdo con los empresarios.
A pesar de la condena europea a la explotación de los estudiantes en prácticas no retribuidas o “falsos becarios” el Ministerio de Trabajo ha admitido que la aprobación del proyecto para su regulación ha abortado ante al posición irreductible de la parte empresarial y que, por lo tanto, sólo queda hacerlo viable con el sólo apoyo de los sindicatos a la vuelta del verano.
Según señala “eldiario.es” , el nuevo Estatuto del Becario que pretende reforzar los derechos de los estudiantes en prácticas y que quiere acabar con la figura de los “falsos becarios”, antes de las vacaciones de agosto. Finalmente, el debate seguirá sobre la mesa del departamento de Yolanda Díaz a la vuelta del verano y aún sin cerrar en el diálogo social. El tema se ha situado como un punto de tensión con los empresarios, que mantienen importantes diferencias con el Gobierno en el propio enfoque de la reforma, por lo que todo indica que las patronales se descolgarán de esta materia sin un acuerdo.
La norma en liza es el Estatuto de las Prácticas no Laborales (conocido como Estatuto del Becario), que busca reconocer una serie de derechos mínimos a los estudiantes, como la compensación de gastos mientras realizan prácticas en ámbitos como el transporte y la manutención, así como una formación adecuada gracias a un refuerzo de la tutorización.
El
Estatuto también pretende, y aquí está el principal foco de
disputa con los empresarios, restringir más las prácticas y evitar
el fraude de sustituir trabajadores por becarios.
La idea de
Trabajo, que reclamaban los sindicatos, es que las prácticas no
laborales se ciñan a las actividades formativas de los estudiantes
durante sus cursos universitarios, de FP y otras titulaciones dentro
de los planes de estudios, acabando –tras un periodo
transitorio– con las prácticas extracurriculares. Para el resto de
prácticas formativas, la intención es que se acuda a los contratos
formativos, que sí son laborales y se utilizan muy poco en las
empresas en estos momentos.
“Persistiremos para ver si lo logramos”, apuntaba el secretario de Estado de Empleo sobre el consenso con sindicatos y empresarios, pero reconocía que veía “difícil” esta posibilidad. “En la medida en que la patronal tenga la opinión de que haya caminos que permitan el uso de la formación como una fórmula de abaratamiento de costes, será difícil que podamos alcanzar un acuerdo con ellos”, sostuvo Joaquín Pérez Rey este martes.