Sólo en junio el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha detectado más de 54.000 contenidos racistas en ellas.
Los discursos de odio promueven la violencia y la intolerancia. Sus efectos son devastadores y, aunque no son nuevos, las redes sociales amplifican su alcance y consecuencias. Solo en junio, el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha detectado más de 54.000 contenidos racistas en las plataformas sociales. Solamente el 29% ha sido retirado.
Así lo señala el verificador catalán Verificat en su último boletín en el que señala que
La escalada de violencia con las “cacerías” a personas migrantes estas últimas noches en Torre Pacheco (Murcia), son uno de los ejemplos más recientes del auge de la xenofobia y los discursos de odio que atentan contra las personas de nacionalidad extranjera, uno de los colectivos más afectados por la desinformación.
Es habitual encontrar en redes mensajes que comparten hechos violentos y señalan la supuesta nacionalidad del autor para vincular inmigración y delincuencia. Verificat ha desmentido en varias ocasiones que haya alguna relación causal, pero los ataques no cesan y hace años que ganan peso, también en la esfera política.
En Catalunya, el incendio reciente de la mezquita de Piera (Barcelona) ha abierto la puerta a mensajes de odio en la esfera digital contra la población musulmana, que celebran que el edificio religioso haya prendido fuego.
El pasado verano, en Southport (Reino Unido), grupos extremistas fabricaron una identidad falsa del autor del apuñalamiento de más de una decena de niños en la localidad inglesa como pretexto para atacar mezquitas y hoteles en los que se alojaban solicitantes de asilo. El autor confeso, sin embargo, era nacido en Gales de padres ruandeses. Días después, en España, se vivía un episodio similar en Mocejón (Toledo), a raíz del asesinato de un niño en un campo de fútbol.
Verificat asegura que tras estos mensajes de odio en redes hay centenares de cuentas que actúan de forma coordinada y pretenden consolidar narrativas discriminatorias que perpetúan estereotipos negativos y erosionan la cohesión social.
Por su parte el digital “publico.es” informa que “en 2024, se registraron en España 1.955 delitos e incidentes de odio. De ellos, 528 fueron por la orientación sexual o identidad de género de las víctimas, lo que representa el 27,57% del total. Es decir, 2,7 de cada diez delitos de odio estuvieron motivados por la LGTBIfobia.
Dicha cifra coloca este tipo de violencia como la segundo con más situaciones de violencia conocidos por las instituciones, solo superada por los delitos por racismo o xenofobia (43,73%), según el último informe publicado por el Ministerio del Interior.
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