El Sindicat de Periodistes de Catalunya rechaza “unas renovaciones contrarias a las leyes audiovisuales” pactadas por PSC, ERC y Junts.
Ante la consecuencias inminentes del pacto parlamentario gatopardista entre el Partit del Socialiestes de Catalunya (PSC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxC) para repartirse los organismos del audiovisual de esa comunidad, el SPC, sindicato miembro de la FeSP, además de señalar en su cuenta de Twitter: “Nombrar a Xevi Xirgo presidente del CAC, lo más escandaloso del pacto tripartito” ha divulgado el siguiente comunicado:
“Las propuestas de renovación del Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) y del Consell de govern de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), pactadas entre PSC, ERC y Junts, no han escuchado las peticiones de 40 entidades y organizaciones y de 140 profesionales del sector expresadas en el documento presentado el mes de septiembre pasado, ni las propuestas hechas en las comparecencias parlamentarias previas, obligadas por ley. Los defectos del acuerdo de los tres grupos parlamentarios más importantes de la cámara son los siguientes:
– rehuye desde el inicio buscar un consenso político amplio, como se habían comprometido con la aprobación de la nueva Ley por unanimidad en octubre de 2019.
– se basa abiertamente en el criterio de cuotas políticas a repartir, un 3-2-2 que se veía a venir y que habían negado reiteradamente a los representantes de los trabajadores de la Corporación.
– incluye las renovaciones del CAC y la CCMA en la negociación global de otros órganos de nombramiento parlamentario, que la aleja del encargo de la Ley, centrado en la gobernanza, y en la especialidad del audiovisual.
– pacta un documento que no correspondía sobre el futuro de la Corporación y los retos de la CCMA, porque sustrae el debate sobre el nuevo modelo de la CCMA al Parlamento y al nuevo Consejo de gobierno.
– el documento, referente para la designación de los candidatos, contiene propuestas muy discutibles sobre el dimensionado de la empresa, el papel de la industria privada o la confluencia de medios.
En consecuencia, la gran mayoría de personas propuestas tanto para el CAC cómo al Consejo de la CCMA responden sobre todo a criterios de afinidad política, que hace muy difícil que se pueda cumplir el mandato previsto a la Ley que sus miembros «actúan con plena independencia y neutralidad y no están sometidos a ninguna instrucción o indicación en el ejercicio de sus funciones». Además, algunos nombres son especialmente inadecuados, como el designado para presidir el CAC, que representa la antítesis del papel independiente, imparcial y neutral que tiene que tener el cargo. Y es especialmente grave porque corresponde al nuevo CAC evaluar la idoneidad de los candidatos al Consejo de gobierno de la CCMA, y poca ecuanimidad se puede esperar de un presidente decantado históricamente hacia unas determinadas posiciones políticas.
No consta en el pacto de los tres partidos, pero también corresponde al Parlamento renovar el Consejo Asesor de Contenidos y de Programación, el único ámbito de la Corporación que contempla una tímida representación de la sociedad, y que hace cuatro años que no se reúne por desidia o voluntad expresa de su presidenta, afín a la dirección de la CCMA. Un Consejo que según la Ley ha de incluir como mínimo, los sectores profesionales, los sectores educativos y las asociaciones cívicas, culturales y de usuarios y los trabajadores de la Corporación. Y habrá que ver como lo designa el Parlamento, si los tres grupos mayoritarios quieren aplicar también el criterio de cuotas políticas, justamente en un organismo que, también según la Ley «tiene que representar la pluralidad de la sociedad catalana», que no es precisamente la parlamentaria.
La última vulneración del sentido de la nueva Ley reformada es el procedimiento previsto por el Parlamento para este lunes, en que los propuestos para el CAC tienen que comparecer ante la Comisión de Asuntos Institucionales, que habrá de evaluar su idoneidad para el cargo. Se da el caso que entre los integrantes de esta comisión no hay nadie que lo sea también de la Comisión de Control de la CCMA, que forman los diputados más conocedores de la realidad de la Corporación y del sector audiovisual. Con lo cual, poco criterio pueden tener los miembros de la Comisión encargados de juzgar los conocimientos y las aptitudes profesionales de unos nombres propuestos en clave política.
Por todo ello tenemos que deplorar el acuerdo partidista de los tres grupos mayoritarios de la cámara, que sitúa en lo alto de la gobernanza del sistema audiovisual catalán una figura del todo contradictoria con los objetivos de unos medios públicos audiovisuales, que a la fuerza tiene que contaminar todos los órganos de gobierno del CAC y de la CCMA. Lo que votará el Parlament puede pervertir el sentido de las leyes audiovisuales, de las cuales Cataluña fue una avanzada desde el año 2000, y puede llevar a una elección de cargos que dividirá radicalmente el Parlament y hará que Tv3 y Catalunya Ràdio continúen en medio de la confrontación política y, por lo tanto, no puedan cumplir su función de servicio público y de cohesión social. Por eso reclamamos a los diputados y diputadas que se lo piensen dos veces antes de avalar y votar favorablemente a personas que no cumplan los requisitos de independencia e imparcialidad que reclaman las leyes audiovisuales catalanas.”